Historia

Misión
La Salle: Una Red Global de Educación y Transformación Presente en 78 Países
La Salle es mucho más que solamente una institución educativa; es un gran movimiento global comprometido y enfocado con la transformación social a través de la educación de calidad.
Fundada por San Juan Bautista de La Salle en el siglo XVII, hemos crecido hasta convertirse en una de las comunidades educativas más respetadas del mundo, con presencia en 78 países.
La misión de La Salle es clara: proporcionar una educación de calidad accesible para todos, especialmente para los más desfavorecidos. Esta misión se lleva a cabo en varios centros educativos, que incluyen escuelas, universidades y programas de formación técnica y profesional.
Cada una de estas instituciones está unida por un compromiso compartido con los valores de fe, fraternidad y servicio, pilares fundamentales del carisma lasallista.
La red Lasallista no solo se enfoca en la excelencia académica, sino también en la formación integral de sus estudiantes. Esto significa que los alumnos de La Salle no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan habilidades y valores que les permiten ser ciudadanos comprometidos con el bien común.
En todas partes del mundo, los educadores lasallistas trabajan para fomentar la justicia social, la solidaridad y el respeto por la dignidad humana.
Con más de 1 millón de estudiantes y 90,000 educadores, la red La Salle es un testimonio vivo de la visión de su fundador. Desde los grandes centros urbanos hasta las comunidades más remotas, la presencia de La Salle ha hecho una diferencia significativa en la vida de innumerables personas.
Hoy en día, la red Lasallista sigue innovando y adaptándose a los desafíos del mundo moderno, pero siempre manteniendo la esencia de su misión: educar, acompañar y transformar. En cada uno de los 78 países donde está presente, La Salle continúa siendo un faro de esperanza, guiando a las nuevas generaciones hacia un futuro más justo y humano.
Historia

¿Cómo resumir en pocas líneas la presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en el Ecuador a lo largo de 157 años?
Basado en su benevolencia y en el confirmado afecto suyo hacia la Salle y su labor educativa. En febrero de 1863 llegan al Puerto de Guayaquil 10 Hermanos Franceses, tres de ellos Agulís María, Apolo y Juniano, se dirigen a Cuenca y un 4 de mayo del mismo año apertúran la escuela San José en la calle Gran Colombia, entre Borrero y Benigno Malo. Ocupan una vieja edificación destinada antaño a Hospital, hoy inexistente y en cuyo predio estaba la antigua Escuela Central, hoy readecuada para fines culturales por la Municipalidad Cuencana. Fueron el presidente García Moreno y el futuro arzobispo de Quito, Monseñor José Ignacio Ordóñez quienes alcanzaron la proeza de iniciar la consolidación como País soberano de nuestro querido Ecuador. Más de 200 niños fundaron la primera escuela lasallista e hispanoamericana. El noveno inscrito fue Francisco Febres Cordero Muñoz quien más tarde será conocido y enaltecido como el Santo Hermano Miguel, gloria preclara de la Salle y del Ecuador. Es de notar que la casa de los Muñoz (actual palacio arzobispal en la Bolívar) tenía una salida a la Gran Colombia por un quinto patio, ocupado hoy por el Hotel Dorado y antaño por la capilla San Miguel Arcángel. Así se inició la misión lasallista en Cuenca, Quito y Guayaquil: educar cristianamente a los niños y jóvenes ecuatorianos y en especial a los pobres.
Su labor educativa se ha ejercido de modo especial en la sierra del País, de Tulcán a Cariamanga, pero también en Guayaquil y en Napo. Descuella en Cuenca el trabajo del Hermano Francés Imonís, quien será ejemplar en lo pedagógico pero que, además, junto al sacerdote Cuesta alentarán la organización obrera a inicios del siglo XX, los “Obreros de la Salle”. 1895 fue para el País el inicio de nuevos rumbos con el gran patriota Don Eloy Alfaro, entre sus logros cuentan la implantación de la educación laica en el Ecuador, lo que originó una grave crisis entre la Iglesia Católica y el Régimen. Sin embargo, personalidades como Federico González Suárez, Hermano Miguel, Hermano Imonís buscarán y apoyarán políticas de sanos y democráticos entendimientos.
El 12 de agosto de 1900, los Hermanos ocuparon el edificio de la Gran Colombia entre las calles Borrero y Hermano Miguel hasta 1972 en que el Municipio dio por terminada la donación. En 1938, en las “Bodas de Diamante” de la Escuela San José, el Hermano Eduardo José adquirió un predio en la Avenida Solano con dineros otorgados por personalidades de la ciudad. Vale destacar el nombre de Doña Aspacia Polo Toral. Posteriormente, hacia el año 1955, dicho predio fue adecuadamente aumentado por gestiones del Hno. Eliseo Luis (hoy el sacerdote José Castelví Queralt) secundado por ayudas económicas significativas tanto de Doña Florencia Astudillo como de las hermanas de la Concepción y Alicia Carrión.
Con el Hno. Javier, arquitecto de la Comunidad Lasallista elaboraron los planos del actual Colegio Hermano Miguel e iniciaron su construcción, que fue reiniciada por el Hno. Basilio (Miguel Carvajal) en 1963. A partir de 1972, tanto secundaria como primaria, ocuparán las mismas instalaciones de la “Virgen de Bronce” poco a poco completadas gracias a las diversas Comunidades Educativas presididas por los Rectores entre 1972 y 2009.
Hoy dicho Plantel educa a más de 2000 estudiantes varones y mujeres. Desde el año 2008, fieles a la educación de los más pobres, el Colegio de la mañana sostiene un pequeño Colegio gratuito reconocido con el nombre de Unidad Educativa Particular San José. Dicho Centro tiene su propio edificio junto a los predios del matutino. Sus alumnos gozan de los mismos derechos y deberes inherentes a todo hijo de Dios. Todos los establecimientos Lasallistas del Ecuador podrían narrar sus metas y logros, pero lo descrito no es para instalarse en un pasado, sino para proyectarse propositivamente en el devenir de la sociedad. Dios nos bendiga y el querido Ecuador nos continúe apoyando.


